Hoy en día, es muy común escuchar sobre la asesoría de imagen, sea en la televisión, en las redes sociales, en ámbitos laborales e incluso en pláticas cotidianas, entre dos amigas que se reúnen para tomar un café y ponerse al tanto de lo que las apasiona. Y partimos de mencionar el caso hipotético de dos amigas porque a menudo se piensa que las mujeres son las únicas que se preocupan por su aspecto, al grado de acudir a un especialista que las asesore para definir un outfit ante una ocasión determinada.
Sí, la imagen pesa y pesa mucho en nuestra sociedad, así que ya no son las mujeres las únicas que se ocupan de cuidar su aspecto en todo momento, también los hombres saben que la imagen juega un papel determinante en un mundo en el que lo visual tiene un impacto tan grande, que de ello se deciden cosas tan delicadas como un ascenso laboral. La moda es un universo que también se pensaba exclusivo del género femenino, pero esto también ha evolucionado y muchos de los diseñadores y asesores más reconocidos actualmente son hombres.
Pero, ¿cuándo es necesario tomar un curso de asesoría de imagen? Ante la relevancia que tiene este aspecto podría pensarse que todo mundo, sin importar si se es hombre o mujer, debería inscribirse para recibir instrucciones precisas para saber, por ejemplo, las reglas de etiqueta ante cierta circunstancia.
Conocer cómo proyectar formalidad en los casos que sea necesario resultaría de gran utilidad para todos y no un simple capricho que se tiene por seguir lo que está en boga, ya lo hemos dicho muchas veces y lo repetimos, nada en el universo de la moda es enteramente banalidad y frivolidad.
Aunque muchos sigan teniendo el concepto de moda como algo casi irrelevante o que no tiene un propósito meramente útil, si meditan un poco al respecto se toparán con pared, pues es tan simple como pensar a la moda como una industria, o acaso ¿no funciona para activar la economía desde diferentes ámbitos?.
La moda y la imagen van de la mano, pues todo artículo de moda contribuye a generar y/o proyectar una imagen determinada del individuo que lo presente o posea. De ahí que las industrias o las empresas y marcas relacionadas con este universo, se preocupen por producir cada vez más artículos que respondan a las necesidades y deseos de los consumidores, propiciando así un flujo de actividades tanto económicas o comerciales como culturales e incluso artísticas.
Además, que existan profesionales que impartan algún curso de asesoría de imagen, habla de la necesidad de sus conocimientos o especialización, y si no se considera a la asesoría de este tipo como una necesidad básica en la vida de una persona promedio, no quiere decir que su papel no sea tan relevante como otros, pues dentro de las dinámicas en las que opera, funge como un actor esencial, ya que incluso puede determinar tendencias que impacten a gran escala.
Además, en el universo de la moda como en el de la publicidad y el marketing, las necesidades se generan, así que, en la medida en que sigamos adquiriendo artículos de moda y los usemos para proyectar cierta imagen, seguiremos haciendo necesaria la existencia de asesores de moda.
Otra idea errónea que puede llevarnos a pensar que un curso de asesoría de imagen no es tan provechoso, es que se piensa que estos especialistas solo existen o se preparan para asesorar a personas públicas, individuos con una presencia importante o que impacte en otros, tal como lo hacen las celebridades y estrellas del mundo del espectáculo, del arte, el deporte o incluso de otros rubros como los negocios o la política.
Sí, un asesor de imagen apoya lo mismo a conformar el outfit que puede vestir un presidente como el que portará una luminaria del futbol en un evento de beneficencia. No obstante, los famosos no son los únicos que acuden a galas, ni son los únicos que asisten a eventos en los que se deba manejar un rango distinto de formalidad.
Con lo dicho en el párrafo anterior, se entiende que la asesoría de imagen puede abarcar, por ejemplo, un curso para los empleados de cierta empresa que se relacione con la moda, pues si las personas que trabajan ahí no se preocupan por su aspecto, difícilmente se proyectará como una marca consistente.
Así también es útil para otras entidades que operen en función a las tendencias, por ejemplo la industria textil, si una marca que se dedica a manufacturar camisas empresariales, tiene en cuenta la asesoría de un experto en imagen empresarial, puede ser la mejor estrategia para diseñar y producir productos que promuevan una imagen corporativa, en consecuencia, las compañías que busquen artículos con esta característica, encontrarán en nuestro productor hipotético, la mejor opción.
Como puede verse, tomar un curso de asesoría de imagen realmente otorga las herramientas necesarias para desenvolverse en diferentes ámbitos, pues esta labor parte de un factor de importancia capital en la actualidad: cómo nos vemos y qué determina eso que ven de nosotros. Y podemos hablar desde el punto de vista de un individuo como tú o como yo, de una personalidad reconocida, o incluso de una entidad como una empresa, aun cuando esta no se relacione en apariencia con la moda.
La imagen es, pues, lo primero que presentamos ante el mundo y casi nunca se puede borrar esa primera impresión, y tiene la facultad o la fuerza de catapultarnos a lugares inimaginables. En iModae impartimos el curso de asesoría de imagen por si te interesa convertirte en un especialista de la moda, que sepa de tendencias e incluso sea capaz de marcar aquellas que en un futuro dejen huella, como algunas que así lo han hecho y han vuelto después de un tiempo para volver a conquistar las pasarelas y el gusto de la gente.